CRISIS Y OPORTUNIDADES PARA REDISEÑAR NUESTRO MUNDO

Pintura de LoWell Brooks

La crisis de este momento, la pandemia del coronavirus, nos ha forzado a asumir nuevos comportamientos y realizar cambios estructurales en nuestras sociedades, los cuales no nos imaginamos que pudieran ser implementados; sin embargo son indispensables para salvar nuestras vidas.

Esta pandemia nos está dejando muchas lecciones en las que la mayoría de los ciudadanos no habían reflexionado con profundidad. Hemos leído valiosas reflexiones a nivel global, entre ellas las del historiador Yuval Noah Harari, quien manifiesta abiertamente que vivimos en un mundo en el que se evidencia la ausencia de verdaderos líderes evolutivos globales. No hemos identificado líderes que movilicen desde sus espacios de poder la colaboración suficiente y necesaria para actuar unidos de manera pronta y efectiva ante la pandemia; Se han enfocado en privilegiar intereses individuales de grupos específicos, ideologías puntuales, sin entender sistémicamente que para afrontar momentos de crisis no se pueden generar las mismas acciones con las que se actuó en el pasado en condiciones de Salud, vida y economía normales. De igual manera ha sido evidente que las instituciones globales no estaban preparadas para gestionar una crisis de estas dimensiones, omitiendo que la humanidad ya había sufrido este tipo de pandemias, sin tener esquemas sólidos y modelos que permitieran actuar individualmente en cada país y como comunidad global con planes estructurados en el cuidado de la salud, la vida y la economía. Esto nos evidencia los modelos de liderazgo que se definieron en el siglo 20 así como en el primer cuarto del siglo 21, enfocados en sectores específicos, con una ausencia de visión sistémica, sentido humano de la colaboración, el cuidado por el otro y el planeta. La diversidad y disparidad de actuaciones de muchos gobernantes han puesto de manifiesto la desconexión total entre sus roles de líderes, su genuina preocupación integral y sistémica por la vida humana, las necesidades concretas de sus ciudadanos, del planeta y la interdependencia de las economías.

Sin embargo, esta crisis nos da la oportunidad de reflexionar, aprender y evolucionar hacia un mejor futuro para la humanidad, dándonos cuenta que vivimos en un solo planeta, la tierra, somos una sola familia humana, con una misma historia evolutiva. Es evidente que estamos en un mundo interconectado e interdependiente, como un sistema global-ecológico-humano complejo. Esto nos recuerda aquella maravillosa foto que tomaron Astronautas hace más de 50 años en la que se visualizaba la tierra como ese hermoso planeta azul, sin fronteras físicas, ni determinación de espacios nacionales, ni clasificación por especies o razas.

Vale recordar como lo hemos planteado en otros espacios, que esta pandemia es una gran crisis que nos preocupa desde la supervivencia inmediata, pero continúan otras crisis, la del cambio climático y el empobrecimiento global de los ciudadanos. Mas allá que la inmovilidad humana e industrial generada por esta crisis ha sido un gran respiro para el medio ambiente y el calentamiento global, los científicos han afirmado que el incremento de temperatura continúa calentando el hielo de la Antártica en el polo sur, lo cual puede subir el nivel del mar en un proceso de entre 1 a 3 metros hacia el año 2100 según informe de la ONU del año 2019 citado a continuación: “CNN- Más de 100 científicos de 36 países trabajaron en el informe, titulado Special Report on the Ocean and Cryosphere in a Changing Climate (Informe especial sobre el océano y la criosfera en un clima cambiante). Es el último de tres informes especiales del IPCC después del reporte del pasado mes de octubre 2018, el cual advertía que el mundo podría tener solo hasta 2030 para mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados, y el informe de agosto sobre el impacto del clima en las tierras del planeta.”

Por otra parte, esta pandemia ha evidenciado aún más que los modelos de desarrollo socio-económicos quedan en una inmediata revaluación; los incrementos de pobreza de las últimas décadas, generados por ausencia de liderazgos que no integraron las necesidades de todos los seres humanos en cada país y el planeta, han dejado en evidencia la carencia de estructuras sólidas en salud para toda la población y el cubrimiento básico de las necesidades de los ciudadanos, obligando a cada estado a tomar decisiones sin planear y sin determinar el equilibrio de recursos económicos, en pro de la vida humana y la cobertura social básica para todas las poblaciones, lo cual ha sido presentado por muchos gobernantes como un falso dilema entre economía, salud y Vida. Es vital, como lo plantea el premio Nobel de Economía -Josepht E. Stiglitz- en su libro Capitalismo Progresista, contar con la “Necesidad de un movimiento nuevo” hacia un mundo mejor.

¿Qué podemos hacer? Estamos con mayor capacidad de evolucionar nuestra mente y hacer evidente que somos una sola familia humana, que comparte un único planeta. Al coronavirus no le ha importado la nacionalidad, la raza, el estilo de vida, el estrato social ni las creencias. Reafirmamos que podemos crear culturas y sociedades que sean más justas y sostenibles, tenemos la necesidad de aprender de las culturas de otros países, identificar aquellos elementos contributivos que aportan a un mejor desarrollo humano integral, mejorar nuestra cultura individual, la de nuestras comunidades primarias y la de las sociedades en los países que habitamos.

Requerimos contar con mejores líderes, que tengan un propósito superior evolutivo para crear países y un mundo sostenible, afrontar y evitar la crisis del cambio climático que está en desarrollo. Es necesario actuar de manera sistémica impactando todos los componentes y variables, por ejemplo no solo es firmar el acuerdo climático de Paris, es indispensable revisar, revaluar, transformar las economías y los modelos de desarrollo sostenible para todas las naciones del globo, enfocarnos y trabajar profundamente en el desarrollo de las culturas, identificar aquellas variables positivas y contributivas de otras culturas que nos permitan evolucionar la nuestra, fortalecer de una manera profunda los modelos de educación, priorizar, definir y asignar muchos más recursos para construir sociedades enfocadas en la investigación y optimización de los sistemas que mejoren ante todo la calidad de vida para convertirnos en sociedades justas, sin pobreza, cubriendo integralmente las bases de una sociedad con equidad, como son la salud, la educación y los mínimos vitales sostenibles para la economía, diseñando modelos y procesos que mejoren de manera significativa la ecología global, fortalecer modelos concretos y reales de cooperación internacional que generen una confianza genuina entre países.

Esta realidad nos ha demostrado el valor de ayudarnos unos a otros en cubrir las necesidades básicas y apoyar a aquellos que más lo han necesitado, lo que demuestra que sí tenemos la capacidad de hacerlo desde un paradigma diferente al individualismo, ser colaborativos y colectivistas. Así mismo enfocarnos en la disminución de recursos para las guerras y redirigir estos hacia todos los componentes del sistema que permitan más educación, así como la libertad de ser y florecer.

Creemos firmemente que podemos y tenemos la capacidad de rediseñar nuestras sociedades y nuestro mundo con el objetivo de ser mejores. Esto es un proyecto evolutivo con grandes retos adaptativos en el cual, si aplicamos en cada país los 17 objetivos sustentables de las naciones Unidas, podemos entre todos rediseñar y construir una mejor civilización y florecer juntos.

El tener, tiene límites y nos ha demostrado que contribuye al colapso global, el ser y aprender no tiene límites desde nuestra capacidad evolutiva.

Los invitamos a evolucionar personalmente, reinventar cada organización, co-diseñar y co-construir mejores países y un mejor mundo para todos.

Manuel Manga O´Byrne – Alvaro Avendaño Cruz

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3 comentarios sobre “CRISIS Y OPORTUNIDADES PARA REDISEÑAR NUESTRO MUNDO

  1. En la actualidad existen líderes evolutivos que se han dado a conocer en medio de la crisis, líderes que movilizan la motivación y las acciones basadas en la solidaridad, acciones inmediatas y apuestan por equilibrios internos, ver https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52295181, tomado el 17/04/2020 (En Dinamarca Mette Frederiksen, en Islandia Katrín Jakobsdóttir, en Finlandia Sanna Marin, en Alemania Angela Merkel, en Nueva Zelanda Jacinda Ardern, en Noruega Erna Solberg y en Taiwán Tsai Ing-wen). No obstante y bajo los gobernantes de los países existen líderes evolutivos que equilibran las fuerzas de sus mandatarios y permiten un mayor equilibrio y generación de estrategias al interior de los estados. En Colombia como en muchas partes del mundo se resaltan líderes que han salido del pueblo y apuntan a generar comunidades de cooperación y trabajan colaborativamente con sus pueblos. Resalto estos líderes evolutivos como esperanza para nuestros pueblos y un reconocimiento especial a ellos. Invito a centrarnos en las buenas prácticas de quienes han dejado huella en esta pandemia, desde los niños hasta los ancianos que están en sus casas muchos de ellos sin poder recibir el sol del día y miran de sus ventanas, desde los que lideran en el aseo hasta los que salvan los pacientes y movilizan las naciones.

    Lina María Velásquez Arias

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  2. Gracias Álvaro por permitirme leer este interesante y revolucionario Posted, que nos lleva desde ya al desafío individual de prepararnos para afrontar las crisis desde la perspectiva de un ciudadano evolutivo.
    Definitivamente es cierto que el mundo en su globalidad adolece de un auténtico líder que nos concite a enfrentar los nuevos desafíos del fenómeno de la pandemia, pues la globalización no ofreció un procedimiento único y universal que le permitiera a las naciones advertir el verdadero riesgo de esta para así trazar acciones equitativas que garantizaran las mínimas condiciones para superarla.
    Hoy y con ocasión de esta contingencia que nos confina en casa a todos sin excepción salvo las ya consideradas, en esta oportunidad única y feliz, deberá ser propósito común a repensarnos, reinventarnos, desde la vulnerabilidad y fragilidad de la vida misma, a fomentar una verdadera renovación solidaria del mundo, trascendiendo a nuestro hijos y nietos en el fortalecimiento espiritual fomentando en ellos la solidaridad, el respeto , la caridad, la tolerancia, la aceptación, la inclusión, la diversidad, la justicia, la adaptabilidad , para que regresemos al seno de la sociedad con un pensamiento evolutivo y una actitud compasiva por los semejantes.

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  3. Gracias Álvaro por permitirme leer este interesante y revolucionario Posted, que nos lleva desde ya al desafío individual de prepararnos para afrontar las crisis desde la perspectiva de un ciudadano evolutivo.
    Definitivamente es cierto que el mundo en su globalidad adolece de un auténtico líder que nos concite a enfrentar los nuevos desafíos del fenómeno de la pandemia, pues la globalización no ofreció un procedimiento único y universal que le permitiera a las naciones advertir el verdadero riesgo de esta para así trazar acciones equitativas que garantizaran las mínimas condiciones para superarla.
    Hoy y con ocasión de esta contingencia que nos confina en casa a todos sin excepción salvo las ya consideradas, en esta oportunidad única y feliz, deberá ser propósito común a repensarnos, reinventarnos, desde la vulnerabilidad y fragilidad de la vida misma, a fomentar una verdadera renovación solidaria del mundo, trascendiendo a nuestro hijos y nietos en el fortalecimiento espiritual promoviendo en ellos la solidaridad, el respeto , la caridad, la tolerancia, la aceptación, la inclusión, la diversidad, la justicia, la adaptabilidad , para que regresemos al seno de la sociedad con un pensamiento evolutivo y una actitud compasiva por los semejantes.

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